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19/10/16

"Querido Beetle..."

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Hola, Finuc@s!

Al hilo de lo que os contaba la semana pasada, hablando de mapas y de complementos y accesorios personalizados con ese tema, hoy voy a seguir un poco más por ese camino, pero esta vez centrándome en viajar, y,  más concretamente, en un vehículo que se ha convertido en todo un icono a lo largo de la historia automovilística: el Wolkswagen Beetle.  Y os preguntaréis "¿por qué el Beetle?".  Pues porque salta a la vista, creo yo: es el protagonista del estampado de este conjunto de viaje, una amplia bolsa para llevar como equipaje de mano, y un pequeño neceser o monedero para pequeños objetos.  Es la excusa perfecta!



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Además, vais a ver que todo viene encadenado, como me suele ocurrir casi siempre (y sino, ya me encargo yo de que se encadenen unas cosas con otras...).  Veréis: desde que este verano encontré en un mercadillo esta tela tan vistosa y la enseñé por las redes, ya sabía yo que le iban a salir muchos "novios", que iba a llamar mucho la atención, especialmente la de alguien, mi amiga Lidia Vega,  que cayó inmediatamente en la tentación de encargarme que le hiciera alguna cosa con ella.

Yo sabía que a Lidia esta tela le iba a gustar porque, precisamente (y empiezo a hilar cosas), llevaba impreso el dibujo vintage de algunos modelos clásicos de coches, como los Cadillac o el de un Seat 600, pero a ella inmediatamente le recordó a un Wolkswagen Beetle, un coche que para ella guarda recuerdos muy bonitos de su infancia, porque era el que tuvo su padre, así que sabía que se fijaría en seguida en ese detalle.  Por eso no me sorprendí cuando, a los pocos días de ver la tela, me escribe y me dice que quiere hacer un regalo a una buena amiga y que, por supuesto, tiene que ser con la tela de los coches vintage.

Ese encargo era para sorprender a su amiga Aisha, bloguera también, como nosotras,  que actualmente reside en Rotterdam y se pasa la vida subida en aviones yendo y viniendo de Holanda a España.  Antes, cuando viajaba sola, todo era más fácil: metía cuatro cosas en el bolso y a embarcar, pero ahora tiene a una peque que lleva más cosas que su madre, como le pasa a todos l@s niñ@s, y por eso, Lidia pensó que una bolsa amplia, de grandes dimensiones, pero cómoda de llevar, sería estupenda como equipaje de mano.


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Ya teníamos la elección de la tela y del modelo, así que todo lo demás fue coser y cantar, como se suele decir, pero mientras cosía, más que cantar lo que hacía era mirar el estampado de los coches, y de pronto empezó a picarme la curiosidad.  Del Seat 600 todos los de mi generación conocemos algún detalle, porque quien más y quien menos tuvo alguno en casa o a algún familiar que lo condujese.  Fue un coche muy popular en España, al que conocían por Seiscientos, Pelotilla, Seílla o Seita (seguro que lo habéis escuchado nombrar así alguna vez, yo, al menos, sí!) y que fue construído por Seat en la Zona Franca de Barcelona entre los años 1957 y 1973.  Fue el primer coche que tuvieron muchos españoles de aquella época, de ahí que se le recuerde todavía con tanto cariño y que se haya convertido en un icono de la automoción.  

Otro caso distinto es el del Beetle y cómo pudo llegar a convertirse en un vehículo tan icónico en la historia del automóvil, y tan ligado a su vez al movimiento hippie y al flower power de los años 70.  Lo sorprendente de verdad es descubrir que su origen nada ha tenido que ver con ese buen rollo: su primera utilidad fue el uso como transporte militar en la Segunda Guerra Mundial...


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Todo empezó un poco antes, a mediados de la década de los años 30, recién terminada la Primera Guerra Mundial y con el poder de Adolf Hitler en todo lo alto.  El Führer se propuso relanzar el poderío económico de Alemania, y para ello proyectó construir largas y anchas autopistas por todo el país, que permitieran el desplazamiento a gran velocidad (100 km/h, cuidado no te despeines...), pero topó con un gran problema: la mayoría de la población alemana no tenía coche, ¿quién iba a circular por allí?

Fue entonces cuando encargó a Ferdinand Porsche el diseño de un vehículo familiar, capaz de transportar a dos adultos y a tres niños, con la velocidad y las prestaciones que requerían las nuevas autopistas alemanas.  Construyó una gran factoría, la Kdf Stadt ("Ciudad de la fuerza a través de la alegría"... cosas de Hitler...) para que en ella se construyese el nuevo Kdf Wagen o, como se llamó más tarde, el Wolkswagen Tipo 1 ("coche del pueblo").

Como no se disponía de mucho cash para construir estos coches, Hitler ideó un modelo de financiación por el cual todo el que quisiera comprar uno de estos vehículos tenía que pagar cinco marcos a la semana mientras los primeros coches se fabricaban, y cuando completaran el pago de todos los plazos, recibirían el coche.  ¿Qué pasó?  Que estalló la Segunda Guerra Mundial, con Alemania en el epicentro de todo el conflicto, y los 200 coches que se habían construido hasta el momento pasaron a formar parte de la maquinaria bélica nazi, dejando a todos los compradores sin dinero y sin coche... Menuda gracia todo, ¿verdad?.


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Fue el New York Times, en 1938, el primero que utilizó el término "escarabajo" para nombrar a este modelo de Wolkswagen, debido a su forma redondeada, imaginándoselo como miles de insectos desplazándose por las autopistas alemanas.  Terminada la guerra, y con el poder en manos de los aliados, nadie quiso hacerse cargo de una producción automovilística que recordara a la época nazi, hasta que los británicos fueron poco a poco adaptando el coche a las nuevas exigencias del mercado, reactivaron la producción en Alemania y empezaron a producirlo también en Gran Bretaña, Estados Unidos, México, Sudáfrica y Australia.

A partir de los años 60 y 70 creció la popularidad del Beetle (también conocido como Escarabajo, Congorocho, Pichirilo, Peta, Fusca, Cupla, Coccinelle, Cucaracha, Maggliolino, Poncho, Vocho, Garbus, Bolillo, Volky, Cepillo, Brouk, Kaplumbaga, Zhuk, Bogar o Kever, según el país del mundo donde lo nombren).  Se convirtió en un vehículo "de culto", asociado a la cultura y la filosofía hippie y a la juventud, que incluso los decoraban con pinturas y dibujos psicodélicos.  Ningún publicista hubiera ideado un cambio de imagen mejor.

Y no sólo eso, el Beetle se convirtió en una auténtica estrella de cine, apareciendo en películas como "El resplandor" o "Footloose", aunque la actuación más famosa es la que hizo en una saga de películas de Disney, en la que aparece como auténtico protagonista, "Herbie", donde cobra vida y sentimientos como cualquier humano.  Ha sido también la inspiración de muchos autores literarios y, cómo no, músicos también: en la portada de uno de los discos más emblemáticos de la historia, el "Abbey Road" de The Beetles (cómo no...) aparece un Wolkswagen Escarabajo blanco.  Eso es como alcanzar la cima.  No hay más.

El Wolkswagen Beetle se ha convertido en un coche tan adorado que hasta los niños han jugado y juegan con él desde hace generaciones: es una de las maquetas con más detalle de la firma de juegos de construcción Lego, y es el coche favorito de la muñeca más famosa del mundo mundial: Barbie.  No se le puede pedir más a un coche.


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Fotos: Pinterest


El 30 de julio de 2003 se fabricó el último Wolkswagen Tipo 1 (conocido ya como New Beetle) en la planta armadora de Puebla (México), 65 años después de su lanzamiento y tras 58 años de producción ininterrumpida, desde 1945.  Era el número 21.529.464.  Más de 21 millones de coches vendidos en la historia.  Se dice pronto.  En la última campaña publicitaria que se hizo en México, para despedir la producción del coche, se veía un pequeño espacio para aparcar y varios coches que intentaban hacerlo y no podían, y un eslogan que decía "es increíble que un auto tan pequeño deje un vacío tan grande".  Precioso homenaje, ¿no os parece?

Pues éste ha sido un pequeño homenaje también, nacido de una tela estampada con esos dibujos de coches vintage ( Seiscientos, Escarabajos, Cadillacs...) en tonos turquesa y amarillo, y que tan buenos recuerdos ha traído a Lidia, por su connotación sentimental, y a Aisha por esa inspiración viajera que tienen la bolsa y el monedero.  Y a una servidora también, no os lo voy a negar, porque otra de las frases que se leen en la tela es "voy a vivir un millón de aventuras", y eso es lo que hago siempre que me acerco por aquí a saludaros, contaros y enseñaros cosas.  A ver qué nos toca la próxima vez.  Os mando millones pero de besos y de gracias por visitar y seguir el blog.  Se os quiere mucho, muchísimo!  Chao!


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