Hola, Finuc@s!
Hoy vengo a contaros la historia de "un amor a primera vista" provocado por otro amor, el que siento por mi ciudad natal, Barcelona. Lo cierto es que no hace falta que seas de BCN para que te enamores de ella a primera vista, porque todo el que llega allí, ya sea de viaje o para quedarse a vivir, acaba sucumbiendo a su belleza arquitectónica y a los miles de detalles de diseño que te encuentras en cada esquina. Uno de esos detalles es la "rosa de Barcelona" o "panot de flor", la baldosa más representativa de la ciudad, todo un símbolo para los barceloneses que las han pisado durante años y las siguen pisando por las calles del Eixample. Y ése es el icono que decora este bolso que véis en el post.
Esta baldosa o "panot" es tan representativa y tan característica, tan reconocible, que el día que vi a través de Instagram que estaba estampada en una tela (que no es una tela en realidad, ya veréis), los ojos empezaron a hacerme chiribitas y me dije "tengo que conseguirla sí o sí", y me lancé a buscarla como las locas. No sé si lo sabréis, pero a cuando a la Fina se le mete algo en la cabeza...