Espero que muy bien, disfrutando de este mes de agosto tan atípico que tenemos: lo empezamos casi con frío y ahora parece que ya empieza a parecerse un poco al mes más veraniego del año, aunque deberíamos cruzar los dedos por si acaso...
Y no es que sea muy de supersticiones, o quizás un poco sí, lo justo..., pero sí que me llaman mucho la atención las tradiciones y las curiosidades, y algunas me sirven de inspiración para confeccionar mis detalles y accesorios.
Por ejemplo, hace ya tiempo que están muy de moda las calaveras en todo tipo de bisutería y de estampados, y aunque a mí "no me acaban de hacer el peso", como dicen en mi tierra, a no ser que sea para disfrazarse de pirata, me llama especialmente la atención la tradición de las calaveras mexicanas de azúcar y su colorida decoración.
Las calaveras mexicanas, al contrario de lo que pudiera parecer o de lo que pensamos en Europa, sí es verdad que están relacionadas con los difuntos, con nuestros seres queridos que ya no están, pero no de una forma triste, sino de una forma festiva, como una manera de recordarlos y compartir con ellos buenos momentos a pesar de su ausencia, y en ocasiones, también se relacionan con símbolos de buenos augurios y de fortuna. Es por ello que, hace algún tiempo, cuando encontré un retal de popelín de algodón estampado con unas simpáticas y coloristas calaveras mexicanas, en seguida me vino la idea de hacer un capazo étnico dedicado a la cultura mexicana. Y aquí está!
También coincidió que mi amiga Lidia, de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), me había encargado un capazo colorista para llevárselo de vacaciones con la condición de que incluyera una estrella en su decoración, y pensé "ésta es la mía"...
Aquí tenéis la estrella llena de calaveras mexicanas de colorines y adornada con pasamanería como los trajes típicos de México. La verdad es que Lidia se quedó bastante sorprendida cuando vio las primeras fotos del "making of", porque no era lo que se había imaginado, pero le gustó tanto la sorpresa que me dio carta libre para seguir adelante. Parafraseando a Forrest Gump, "Cá la Fina es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te vas a encontrar...", sobre todo si me das libertad para hacer!
El capazo de palma está comprado en uno de esos mercadillos de verano que me encaaaantan!, con sus asas de piel, y lo he forrado con popelín de algodón blanco por el interior y el estampado de las calaveras otra vez por fuera, formando un cierre de fuelle fruncido por un cordón. La verdad es que es casi más cómodo que la cremallera, porque al tener más flexibilidad en el cierre, le proporciona más capacidad también al cesto.
Pues hasta aquí este homenaje a México en forma de capazo étnico (uuaooo, que bien me ha quedaooo...), decorado con este estampado de calaveras decoradas de mil colores que tan conocidas son en el mundo entero, a caballo entre la tradición, la superstición y el folklore. Espero que también le traiga mucha suerte a Lidia, empezando por sus vacaciones que son...YA!
Y a tod@s vosotr@s os deseo lo mismo: que disfrutéis todo lo que podáis del verano, que es una vez al año! Y que cuando tengáis un ratito, me comentéis que os parecen estas ideas locas que a veces se me ocurren. Me encantará saber lo que pensáis! Os mando montones de besos y os doy las gracias por seguir ahí, chao!