Hola, Finuc@s!
Para mí, este año ya se acabaron las romerías, como os lo cuento... Se acabó el mes de mayo, y con él esta época llena de celebraciones "marianas", de devoción, de peregrinación y de fiesta, también. Con la Romería de la Virgen de los Remedios, en Aljaraque (Huelva), pongo el punto y aparte hasta el año que viene, después de unas semanas de vivencias romeras muy intensas y muy emotivas, por qué no decirlo.
Y es que si ya me vais conociendo, sabéis que me gusta una celebración, una tradición, una fiesta y un sarao más que nada en el mundo, y que me apunto y me entrego con fervor a todo lo que tenga que ver con el folklore.
El post de hoy es uno de ésos llenos de fotos con el que quiero trasladaros un poco de las vivencias de estas celebraciones del lugar en el que resido, y en el que intento integrarme como una lugareña más, cumpliendo con aquél refrán que dice "allá donde fueres, haz lo que vieres...". Pues ahí estoy yo.
Hace unos días, al cambiar la foto del perfil de Facebook, todo el mundo se lanzó de cabeza a los teclados a piropearme (cosa que agradezco en el alma) por mi forma de "adornarme" con un sombrero para esta ocasión. Pues aquí me tenéis de cuerpo entero, para que no se diga que no iba conjuntada... Y es que un traje de flamenca es, posiblemente, la cosa que más me guste en el mundo mundial, bueno, eso y el chocolate quizás, jajaja, pero creo que un vestido de volantes mucho más, y llegando la primavera me falta tiempo para ponerme uno!
Y para que veáis que esto no estoy sola, aquí os dejo a "mi gitanilla", Judit, que con mejor "tipo" que su madre, se apunta a esto de vestirse de flamenca siempre que puede. Será que "de casta le viene al galgo"...
Ni que decir tiene que el color bronceado de su piel no lo ha heredado de mí (ya quisiera yo), pero no puedo evitar verme reflejada en ella cuando tenía su edad, así que no me extrañaría nada que continuara con la tradición de vestirse de flamenca cada año por la romería.
Del tocado o sombrero que ha levantado tantos piropos ya os contaré un poco más en otro post, pero sólo os diré que, si estáis un poco puest@s en moda flamenca, ha sido el "último grito" este año, lo más de lo más, y yo, que no me resisto a una tendencia en moda, quise adaptarlo al vestido de este año, y así quedó.
Del camino de la Romería de Aljaraque os puedo contar, una vez más, que es un recorrido de unos tres o cuatro kilómetros desde el pueblo hasta el pinar en el que se haya ubicada la ermita, rodeada de "enramás" o carpas/tiendas de campaña provisionales en las que los lugareños instalan su casa durante el fin de semana para disfrutar de la romería, acompañar a la Virgen y recibir a sus invitados, compartiendo momentos de auténtica fraternidad.
Sin desmerecer a las vivencias en el recinto del pinar, a mis amig@s y a una servidora lo que más nos gusta es el camino. Hasta ahora sólo conozco el de ida, el viernes por la tarde, en el que llevamos nuestro pequeño carro con la nevera llena de bebida fresca (rebujito, tinto de verano, refrescos...) y la cesta llena de "tortillapapa", chacinas y picos para merendar durante el paseo y llegar al recinto de la romería "bien preparaos". Sevillanas clásicas, chistes y mucho humor hacen que el camino se nos haga muy cortito... A ver si para un próximo año os cuento como es el de vuelta, el domingo por la noche, más recogido y más ceremonial.
Una vez que la Virgen llega a su ermita, hace su entrada en el templo tras su Simpecado, en medio del fervor popular, y se instala en el altar hasta el domingo por la tarde, en que se subastan todas las flores que se le regalaron en ofrenda, se elige al Mayordomo del año siguiente y, finalmente, se la vuelve a trasladar hacia el pueblo.
Antes pasé por alto hablaros de los vestidos que llevamos Judit y yo, que como véis (es evidente...) son iguales y conjuntados. Es una costumbre que conservo con mi hija desde pequeñita, pero que creo que voy a tener que ir desechando ya porque va creciendo y ya tiene sus gustos y su personalidad propia, cosas de la edad... Lo que tampoco os he dicho es que, aunque la idea o el diseño es mío, la confección es de mi madre y maestra, María Villalobos Villalobos, el auténtico origen y "cuna" de Cá la Fina, con quien aparecemos en esta otra imagen, un año más a los pies de la Virgen de los Remedios, después de haber compartido el camino juntas.
Es la foto que más me gusta compartir cada año, la de las tres generaciones de la familia juntas: abuela, madre e hija, tres eslabones de una cadena que seguro que se seguirá dedicando a la costura y a las manualidades, porque la nueva generación ya "apunta maneras".
Y así, orgullosa de mi madre y de mi hija, y satisfecha por haber cumplido con este mes de devoción y de peregrinaciones, me despido de vosotr@s hasta el domingo, en que os enseñaré algunas de las prendas de esta romería con más detalle. Un millón de besos, y miles de gracias por acompañarme. Chao!!