Hola, Finuc@s!
Si os cuento las cosas que me pasan... no os las creeríais. Todo porque soy el despiste en persona, y algunas veces se me pasan por alto los detalles más simples. Hoy os voy a explicar uno de los últimos casos que me ha ocurrido, y que ya se ha convertido en anécdota o "batallita" para contar.
Resulta que, hace unos días, recibí un pedido a través de la tienda online de una chica que vivía en Huelva, y que quería encargarme una mochila de guardería para su hijo David. Había visto los modelos que hay en la tienda de Cá la Fina y quería que su hijo estrenase una nueva al empezar la guarde...
María José, que así se llama esta chica, me estuvo comentando vía e-mail cómo quería que fuese la mochila, y en esos correos que iban y venían me pidió, sobre todo, que fuese muy alegre y llamativa. Así que le di a escoger la combinación que más le gustase, a través de fotos, claro, entre los colores y los estampados que tengo disponibles ahora mismo.
Después de mucho comentar entre las dos, María José se decantó por la loneta de algodón turquesa combinada con un poliéster estampado con simpáticos búhos de colorines. Como adorno eligió una cometa y, por supuesto, las letras con el nombre de David cosidas con técnica patchwork. Para cerrarla, un frunce con cordones color turquesa también.
Desde un principio algo quedó claro: como ella vivía también en Huelva, no eran necesarios los gastos de envío, ya que podíamos quedar para vernos y entregársela en mano, lo que en la web llamo "recogida en tienda". Pues eso.
Cuando terminé la mochila busqué el teléfono de la chica para ponerme en contacto con ella, y así concertar una cita que a las dos nos fuera bien para vernos y entregarle su encargo. Al consultar sus datos de registro en la tienda... no daba crédito a lo que estaba viendo: ¡resulta que vive en la calle de delante de mi casa! O sea, que nos separan apenas 60 o 70 metros y habíamos estado hablando por mail todos esos días como si viviéramos a kilómetros la una de la otra. No me digáis que la cosa no tiene miga... ¿Cómo no me di cuenta de ese detalle antes? Pues porque soy "doña Despiste", que tengo las cosas delante de mis narices y no las veo! Y yo preocupada por si no conseguíamos ponernos de acuerdo en el sitio y la hora...
El caso es que esa misma tarde me acerqué a la casa de María José (y cuando digo "me acerqué" ya veis que es verdad...) para llevarle la mochila a David, que es un bebé precioso y simpático que va a empezar muy pronto a ir a la guardería y va a presumir un montón de mochila nueva y personalizada.
Al final, todo quedó arreglado de la forma más inesperada.
Aprovecho para recordaros que quedan apenas dos semanas para que terminen las rebajas en la tienda, así que si queréis haceros con una de estas mochilas, una camiseta, un capazo, cualquier cosa...ahora es el momento de conseguirlo con un precio increíble.
Pues ésta es otra de mis historietas, ¿tontuna? ¡sí! como la mayoría de las que me ocurren, que cualquier día me pongo, las novelo, y hasta escribo un libro! Nos leemos en el próximo post. Os mando millones de besos y de gracias por quedaros a leerme. Chao!