Hola, Finuc@s!
Qué rápidos pasan los días, ¡ya estamos otra vez a domingo! Y no sólo ha llegado el domingo, sino que estamos ya a un paso de pasar la hoja de agosto en el calendario...ufff...
Entre que la pasamos y no, hoy os enseño un nuevo capazo, el más mini de todos los que he hecho hasta ahora, inspirado en las matrioshkas rusas, ¿las conocéis? Seguro que sí.
Son estas muñecas talladas en madera, huecas por dentro, que se van guardando unas dentro de otras y que tienen una simbología especial y son toda una tradición en Rusia, aunque su origen se remonta a Japón.
Con un popelín de algodón estampado con dibujos tradicionales de estas matrioskas está decorado este super-mini-capazo!
Pongo la foto bien grande para que se aprecien bien los detalles, porque es tan mini, que casi tiene el tamaño que véis aquí! (bueno, esto es una exageración, jajaja). En el frontal tiene un camafeo bordado con una letra P porque ésa es la inicial de Paula, la jovencita que lo ha recibido como regalo.
Aunque sea pequeño, tiene todos sus detalles igual que los más grandes: su forro interior en popelín blanco, sus asas forradas con bies de algodón, una asa larga para llevarlo colgado como bandolera cuando no lo quiera usar como bolso de mano y el cierre de fuelle con cordón de algodón donde se aprecia con más detalle el alegre estampado de matrioskas en tonos azules y anaranjados.
Las matrioskas rusas, además de ser uno de los símbolos más representativos de ese país, llevan asociada la idea de la maternidad, por el hecho de que una muñeca sale de otra, como si una diera a luz a otra, y la otra a otra más, y así sucesivamente, como las generaciones de una misma familia. Pero además también se las relaciona con deseos de riqueza, de vida eterna, y sobre todo, de amistad y de amor. Por eso estoy segura de que será un regalo que traerá mucha suerte a Paula!
Con este mensaje tan positivo os digo: ¡hasta pronto! y os espero en el próximo post. Ya sabéis que me encantará leer vuestros comentarios y todas las sugerencias que me queráis hacer. Sólamente me queda daros las gracias por seguir ahí y mandaros millones de besos, chao!