Tercer capítulo de la trilogía "nupcial" que estoy dedicando a las despedidas de soltera de Cá la Fina de esta pasada primavera. Para poner el broche final os contaré la divertida historia de un grupo de chicas de Villanueva de Bogas, Toledo, que también planeaban celebrar en la Feria de Córdoba la despedida de soltera de su amiga Laura, y que contactaron conmigo para que las vistiese con mis camisetas flamencas.
La portavoz del grupo se llama Sandra, y como me pasa casi siempre (afortunada que es una), la comunicación fue fluida y nos entendimos a la perfección desde el minuto uno. Ella me iba consultando sobre los precios para grupos, los colores de las camisetas y cómo se podían combinar, las tallas que mejor se podían adaptar a cada una y, claro está, el modelo que iban a escoger.
Esta vez todas decidieron llevar la flamenca con el mechón sobre la cara y el ramillete de flores en el pelo y, tengo que decirlo (me voy a mojar en esto), estuve muy de acuerdo porque es mi favorita también. Como dice mi madre, "qué dedo me corto, que no me duela", es muy difícil pedirme que elija entre todos los modelos que hago porque todas son "hijas" mías y me gustan a rabiar, pero reconozco que también tengo mi "ojito derecho" y es ésta.
La primera alegría me la llevé el día que llegó el paquete a casa de Sandra, porque íbamos con el tiempo muy justo, tuve que darme toda la prisa que pude, por poco me confundo de tallas por culpa de las prisas y del estrés (esto era secreto, lo estoy confesando ahora), pero mi ángel de la guarda estaría echando horas extras porque todo salió a la perfección, llegó puntual y Sandra me dijo que las camisetas les quedaban genial y que, cuando estuviesen todas juntas, me mandaría una foto de todas con ella puesta.
La promesa se cumplió con creces, y no me mandó una, sino todo este reportaje en el que Lorena, Patri, Miriam, Patri, Bea, Vanesa, Suki, Noelia, Sandra y Laura están guapísimas y súper flamenquitas con sus camisetas flamencas, todas en blanco y la novia en rojo a contraste. Parecen un reportaje de moda con los patios cordobeses de fondo como escenario, son unas fotos chulísimas y no me podían haber hecho mejor regalo.
Sandra me contaba: "A la novia le ha encantado. Fue un finde increíble, y las pulseras también, ¡muchas gracias!". Me gusta mucho ver la reacción de las chicas cuando ven la pulsera que llevan de regalo con cada camiseta, y cómo se la ponen como símbolo y recuerdo de esa despedida de soltera tan flamenca. Y seguía: "Estuvimos en la Feria de Córdoba porque la novia es muy flamenca y le encanta todo este rollo". Y es que la protagonista de esta historia, Laura, a pesar de ser toledana, por lo visto canta copla y flamenco con un arte que "no se pué aguantá", y sus amigas acertaron de pleno con la sorpresa.
Laura se va a casar el ocho de octubre, aunque en realidad tenía que haber celebrado su boda hace dos años, pero con el covid no pudo hacerlo (como tantas y tantas durante la pandemia, ay, dios...) y ahora están ya todos deseando que llegue el día. Yo, que siempre soy positiva para todo en esta vida, si fuese ella pensaría que todo pasa por algo, y que este aplazamiento lo que le ha traído es una celebración aún más a lo grande y con más ganas. Quién sabe, a lo mejor hace dos años no hubiéramos tenido oportunidad de coincidir y las camisetas flamencas de Cá la Fina no se hubiesen "colado en su fiesta", y eso sí que no, ¿eh? Mejor así.
Y ahora viene lo más divertido de la historia, cuando me contaron cómo lo habían ideado todo para sorprender a Laura: "Ella no sabía cuándo nos íbamos, sólo le fuimos dando pistas de cómo tenía que preparar la maleta, y que la tuviese preparada TODOS LOS VIERNES en la puerta para cuando fuera el día... Teníamos ganas de liarla un poquito...". M-e m-u-e-r-o... Qué malas... O sea, que estuvieron haciendo sufrir a la pobre Laura durante yo qué sé cuánto tiempo sin saber ni dónde iba a ir ni cuándo iba a ser, y me la imagino con su maleta preparada en la puerta de casa...y no sé si me da ternura o me da la risa, porque la imagen no es para menos. En fin, estas ocurrencias divertidas son las anécdotas, las "batallitas" que se recuerdan luego toda la vida, y eso es genial.