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10/4/18

Un neceser para vivir aventuras...

neceseres-estuches-personalizados

La Navidad queda ya lejos...pero aún perdura el recuerdo de aquellos regalos personalizados que se hacen con el corazón...


neceseres-estuches-personalizados


Hola, Finuc@s!

Me vais a perdonar si este blog parece últimamente una casa de locos: no se sabe cuándo vengo, cuándo me voy, lo mismo me pongo a hablaros de la primavera, que de regalos de Navidad, de complementos para enfermeras que de accesorios para bebés...  Sí, esto es un descontrol total, pero es lo que tiene tener querer atender a todo y a tod@s, que no siempre llegas a tiempo ni tienes tus ideas en orden.

Qué lejos quedan aquellos días en los que me preparaba un calendario de publicaciones, y las hacía ordenada y puntualmente...  Aunque parezca mentira, hubo un tiempo en que yo era una persona súper organizada.  Pero ya no.  Me he rendido a la evidencia de que coser, atender correos, hacer fotos, mantener las redes sociales y contestar a la gente que, amablemente, te dejan sus comentarios cariñosos, TODO A LA VEZ no se puede, o por lo menos no se puede hacer con orden y puntualidad como a mí me gustaría.

Así que hoy, que casi estamos ya a mediados del mes de abril, yo os cuento cosas de regalos de Navidad.  Nada, de perdíos, al río...


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Una vez que ya os he soltado el rollo (y gracias por aguantarlo, porque me ha servido de desahogo, que voy muy agobiá, de verdad) vamos al turrón, al tema que nos ocupa, y no porque sean regalos que hice la pasada Navidad.

Estos maletines y este saco son en realidad unos neceseres para guardar cosméticos y cosas de aseo que se me ocurrió confeccionar para tres mujeres de la familia: dos de mis cuñadas y mi sobrina Sara.  Cada año intento sorprenderlas con algo nuevo, regalándoles algo hecho por mí, porque sé que les gusta y aprecian que lo haya pensado y confeccionado especialmente para ellas.  Y esta Navidad llegó el turno de estos neceseres-maletín tan funcionales y un petate o neceser-saco muy juvenil.


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El neceser-maletín de Juani, la primera de mis cuñadas, está inspirado en París, confeccionado con una tela que ha tenido y tiene mucho éxito porque recuerda mucho el romanticismo que se asocia siempre a la capital parisina.  Juani es una enamorada de París, y desde que la visitó hace algunos años, aún más enamorada está, por eso sabía con toda seguridad que esta tela le iba a llegar al corazoncito... Y no me equivoqué: le encantó, incluso el detalle de ese pequeño charm de la torre Eiffel que lleva en una de las cremalleras.


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Para Angeles, mi otra cuñada, decidí estrenar esta loneta de algodón estampada con bicicletas.  ¿Por qué?  Pues también tiene que ver con otra capital europea, Amsterdam, a donde viajó el año pasado con su marido y sus hijas para celebrar su cumpleaños.  De Amsterdam todo el mundo conoce que es la "ciudad de los canales y de las bicicletas", y de allí me trajo de recuerdo un dedal (hago colección, algún día os los enseñaré todos), así que cuando vi la tela estampada con bicicletas tuve claro que sería para ella.

Aunque por fuera parecen maletines, tanto uno como otro, cuando los abres, dentro tienen un neceser central para guardar los productos más voluminosos y dos bolsillos laterales (cerrados también con cremalleras) para los objetos pequeños.  Así no tiene que estar todo revuelto en el mismo sitio y puedes localizar más fácilmente unas pinzas, un espejito o una crema, por ejemplo. Ya véis que no sólo pienso en hacerlos bonitos, es casi más importante que sean útiles y prácticos también, ¿no os parece?  Pues eso, la Fina está en todo (o en casi todo...).


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Sara es una de mis sobrinas veinteañeras, y con esa edad, ¿en qué piensas?  Pues en que, a la primera oportunidad que se te presente, te preparas una mochila y un neceser con lo más imprescindible y, ale, a salir de casa a conocer mundo!  Por eso pensé que para ella sería mucho más divertido un accesorio tipo saco, o petate, con mucha capacidad para llevar dentro un montón de cosas y, que, por fuera, estuviese impregnado de ese espíritu aventurero e inconformista de la juventud.  Y para eso me vino genial que la tela de su neceser estuviese estampada con esa frase tan motivadora: "voy a vivir un millón de aventuras".  Estoy segura de que será así, va a ser como algo premonitorio, ya veréis.


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Como habréis viso, tanto los neceseres-maletín como el neceser-saco están personalizados o bien con las iniciales (la J de Juani y la A de Angeles) o con el nombre completo, como en el caso de Sara, como otro detalle más que los hace únicos e intransferibles (como las tarjetas de crédito, jajaja), y sé de buena tinta que ya se han convertido en compañeros de viaje, de escapadas o de lo que se tercie, y eso me hace muy feliz.  Porque lo he dicho muchas veces, y lo repetiré muchas otras: disfruto tanto o  más cuando preparo algo para regalar y sé que ha gustado, que cuando me toca recibirlo a mí.  Que a nadie le amarga un dulce, ya lo sé, pero soy muy de preparar sorpresas, y me lo paso pipa!

Pues nada, volviendo al principio, aquí estamos, vosotr@s y yo, hablando de regalos de Navidad en el mes de abril.  Pero no pasa nada, lo mismo os cuento y os enseño cosas de verano en el próximo post, que ya os digo que este blog es como el camarote de los hermanos Marx: aquí entran y salen temas según se me van ocurriendo.  Y si os enseñara el taller, sí que os podríais las manos en la cabeza, porque ahí sí que hay un batiburillo de cosas que no sé ni cómo me aclaro.  Así estoy yo...

Os espero en los comentarios para que me déis vuestra opinión sobre los neceseres, que yo de todo tomo nota e inspiración.  Y os mando un millón de besos y de gracias por estar ahí, fieles a la cita con esta bloguera costurera.  Se os quiere un montón, chao!


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