Si hay un lugar que debería estar siempre lleno de alegría y de color es la planta de un hospital, y estos complementos de enfermera son ideales para arrancar sonrisas.
Hola, Finuc@s!
Quien me conoce sabe que si hay algo que me caracteriza es el positivismo y el buen humor: yo siempre veo el vaso medio lleno, e intento transmitir ese ánimo a quienes me rodean. Me gustan los colores vivos, la música alegre, y una sonrisa y un chascarrillo que te animen el día y todo parezca un poco menos gris...
Y eso es algo que intento transmitir a través de mi trabajo como artesana: todos mis diseños tienen siempre combinaciones de colores y estampados muy llamativos, con los que intento contagiar ese espíritu alegre y simpático.
Por eso, cuando mi amiga Maribel (otra de esas grandes amigas que conservo de la época en que viví en El Masnou, Barcelona), cuando Maribel me escribió para hacerme este encargo tan especial, la motivación se me puso a mil revoluciones!
En la familia de Maribel se está empezando a crear algo así como una pequeña tradición familiar de enfermeras: su hija Marta ha escogido esta bonita profesión, la misma que comparte su nuera Noelia e, incluso, su sobrina María. Trabajan en un hospital barcelonés, en distintas plantas y especialidades, y sienten auténtica vocación por la enfermería y la atención a los pacientes. Así que con tanto personal clínico en la familia, a Maribel se le ocurrió que este año los regalos de Navidad tenían que estar relacionados con el tema, y así acertaría seguro. Y no se equivocó.
Me escribió y me propuso un reto, "que yo sé que tú eres capaz y estas cosas te gustan": quería que diseñara unos gorros de enfermera, también llamados gorros quirúrgicos o de cirujano, para Marta y para Noelia. Eso sí, tenían que ser súper divertidos, porque una de las finalidades de estos gorros es la de alegrar el uniforme y hasta la planta del hospital, si me apuráis. Cualquiera que haya tenido que visitar un hospital sabe de la angustia que supone estar allí, rodead@s de personal médico que muchas veces impresiona, por las situaciones que te encuentras, más que nada...
Será por eso que últimamente ha surgido esta moda de confeccionar los gorros de las enfermeras o de los cirujanos con telas muy llamativas y colores muy vivos, para que los pacientes de los hospitales y de las consultas médicas no se impresionen tanto al ver al personal, más bien al contrario, les arranquen una sonrisa y se relajen. Todo aporta en beneficio de la salud, que bastante sosos son los uniformes blancos o verdes.
Marta trabaja con pacientes con ictus, así que cuanto más colorido y llamativo fuera su gorro, mucho mejor, para estimular la atención de los enfermos que atiende. De ahí que su gorro de enfermera tenga ese estampado de flores de colores con fondo verde pistacho. Yo creo que en la planta del hospital la ven venir desde lejos.
Y Noelia está en la planta de pediatría, por lo que un estampado de conejitos en fucsia, blanco y turquesa resulta de lo más simpático. Seguro que más de un peque juega con ella a adivinar qué es lo que lleva en su gorro de enfermera.
Además, el gorro tiene la amplitud suficiente como para recoger una melena larga, y cuando te lo atas, queda precioso por detrás también, y me gustó tanto el efecto que tuve que buscar la colaboración de mi hija Judit para que lo viérais , así que voy a agradecerle desde aquí la colaboración para las fotos, porque no os podéis imaginar la vergüenza que le da, con lo mona que está, leñe...
La guinda de este pastel es el neceser de María, el tercer miembro de la familia que ha escogido dedicarse a este difícil oficio de la enfermería. Para motivarla y para ilusionarla aún más con sus estudios, Maribel pensó en regalarle un neceser personalizado con su nombre que tuviese algún detalle relacionado con la medicina, y se me ocurrió que no había nada más identificativo y tópico que el sombrero clásico de las enfermeras de antaño, esa pequeña cofia blanca con la cruz roja que tantas veces hemos visto en fotos, carteles, uniformes, disfraces...el de toda la vida, vamos. Y quedó muy simpático también, ¿no os parece?
Lo que no falta en ninguno es un toque de lunares, porque ya sabéis que si yo no pongo algo de lunares...no soy yo. El día de Reyes Marta y Noelia estaban radiantes con su regalo, y les faltó tiempo para ponérselo y subir la foto a su Instagram; ya no os digo lo impacientes que estaban por estrenarlo el primer día de trabajo después de las fiestas. Y la verdad es que más guapas, imposible. Es el complemento que les faltaba para esa sonrisa tan bonita. Y aunque la foto no tiene mucha calidad (porque la he pispao de su Instagram también), tampoco me resisto a enseñaros la cara de felicidad de María (además de lo guapa que es), y es que ver sus sonrisas, haber leído sus piropos, y saber la ilusión que les han hecho sus regalos personalizados me deja más ancha que pancha, me ilusiona tanto como a ellas.
Me acuerdo de aquella famosa canción de Concha Velasco que decía "Mamá, quiero ser artista..." y pienso en ese día en el que estos tres bellezones (por dentro y por fuera, que me consta que lo son) decidieron que ellas "querían ser enfermeras" y dedicarse a una profesión bonita y dura en muchos momentos, pero a la que han decidido ponerle alegría y buen humor, empezando por sus gorros de enfermera y su neceser personalizado.
Estoy pensando en que, como siga ampliando el "catálogo" de prendas personalizadas, esto va a parecer unos grandes almacenes: yo también voy a tener que poner plantas dedicadas a cada tema: flamenco, bebés, medicina, quién sabe si pronto cocina...esto es un no parar, y todo gracias a vuestras sugerencias, que la mayoría de las veces son la auténtica inspiración de todo.
Le voy a mandar un beso muy grande y muy cariñoso a Maribel, que a pesar de los años y la distancia, sigue siendo esa buena amiga que te apoya, te alienta y confía en ti, y eso escasea, no es lo más común. Y para vosotr@s, pues otro montón de besos y de gracias por estar ahí y acompañarme en el relato de estas historias, que yo sé que a veces me enrollo como una persiana, pero esto también es marca de la casa, qué le vamos a hacer! Nos leemos en el próximo post, vale? Chao!