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25/5/16

Yo iba de peregrina con mi camiseta flamenca...

camisetas-flamencas

Hola, Finuc@s!

La semana pasada os contaba un poco de mis venturas y desventuras en el camino del Rocío de este año, que, como ya os dije, va a quedar para la historia como el más lluvioso y frío en décadas, lo que hizo que se convirtiese casi en un desafío extremo de ésos que salen en la tele...  Pero como a una le ha nacido esta vena romera, fue guardar los impermeables y los bártulos del Rocío y empezar a sacar los volantes, las camisetas flamencas, las flores y los pendientes para irme de romería otra vez, apenas una semana más tarde, para acompañar a la Virgen de los Remedios hasta el pinar de Aljaraque, localidad de la que es patrona y en la que resido.  ¿Qué os parece si os lo cuento mientras os enseño algunas camisetas flamencas y romeras a la vez?

18/5/16

Un camino que quedará para el recuerdo...

camino-rocio

Hola, Finuc@s!

Supongo que os daríais cuenta (espero...), pero la semana pasada falté a mi cita con el blog por un motivo muy importante, para mí, por supuesto, y era el inicio del camino hacia el Rocío, una experiencia que vengo repitiendo en los últimos años y que me sigue sorprendiendo y llenando de vivencias nuevas por mucho que parezca que siempre va a ser lo mismo.  Ni muchísimo menos.  Dicen que todos los caminos son diferentes, y está más que comprobado que es cierto.  Todos son distintos, nunca nada es igual, pero es que en este 2016 se han superado todas las expectativas posibles...

3/6/15

Otro año más en la Romería de Aljaraque

Vestida para la Romería de Aljaraque con canotier

Hola, Finuc@s!

Para mí, este año ya se acabaron las romerías, como os lo cuento...  Se acabó el mes de mayo, y con él esta época llena de celebraciones "marianas", de devoción, de peregrinación y de fiesta, también.  Con la Romería de la Virgen de los Remedios, en Aljaraque (Huelva),  pongo el punto y aparte hasta el año que viene, después de unas semanas de vivencias romeras muy intensas y muy emotivas, por qué no decirlo. 
Y es que si ya me vais conociendo, sabéis que me gusta una celebración, una tradición, una fiesta y un sarao más que nada en el mundo, y que me apunto y me entrego con fervor a todo lo que tenga que ver con el folklore.

El post de hoy es uno de ésos llenos de fotos con el que quiero trasladaros un poco de las vivencias de estas celebraciones del lugar en el que resido, y en el que intento integrarme como una lugareña más, cumpliendo con aquél refrán que dice "allá donde fueres, haz lo que vieres...".    Pues ahí estoy yo.

Vestida de flamenca para la Romería de Aljaraque

Hace unos días, al cambiar la foto del perfil de Facebook, todo el mundo se lanzó de cabeza a los teclados a piropearme (cosa que agradezco en el alma) por mi forma de "adornarme" con un sombrero para esta ocasión.  Pues aquí me tenéis de cuerpo entero, para que no se diga que no iba conjuntada...  Y es que un traje de flamenca es, posiblemente, la cosa que más me guste en el mundo mundial, bueno, eso y el chocolate quizás, jajaja, pero creo que un vestido de volantes mucho más, y llegando la primavera me falta tiempo para ponerme uno!

Judit vestida de flamenca para la Romería de Aljaraque

Y para que veáis que esto no estoy sola, aquí os dejo a "mi gitanilla", Judit, que con mejor "tipo" que su madre, se apunta a esto de vestirse de flamenca siempre que puede.  Será que "de casta le viene al galgo"...

Judit vestida de flamenca para la Romería de Aljaraque, en detalle

Ni que decir tiene que el color bronceado de su piel no lo ha heredado de mí (ya quisiera yo), pero no puedo evitar verme reflejada en ella cuando tenía su edad, así que no me extrañaría nada que continuara con la tradición de vestirse de flamenca cada año por la romería.

Del tocado o sombrero que ha levantado tantos piropos ya os contaré un poco más en otro post, pero sólo os diré que, si estáis un poco puest@s en moda flamenca, ha sido el "último grito" este año, lo más de lo más, y yo, que no me resisto a una tendencia en moda, quise adaptarlo al vestido de este año, y así quedó.

Momentos de la Romería de Aljaraque


Del camino de la Romería de Aljaraque os puedo contar, una vez más, que es un recorrido de unos tres o cuatro kilómetros desde el pueblo hasta el pinar en el que se haya ubicada la ermita, rodeada de "enramás" o carpas/tiendas de campaña provisionales en las que los lugareños instalan su casa durante el fin de semana para disfrutar de la romería, acompañar a la Virgen y recibir a sus invitados, compartiendo momentos de auténtica fraternidad.

Compartiendo con amigos el camino de la romería

Sin desmerecer a las vivencias en el recinto del pinar, a mis amig@s y a una servidora lo que más nos gusta es el camino.  Hasta ahora sólo conozco el de ida, el viernes por la tarde, en el que llevamos nuestro pequeño carro con la nevera llena de bebida fresca (rebujito, tinto de verano, refrescos...) y la cesta llena de "tortillapapa", chacinas y picos para merendar durante el paseo y llegar al recinto de la romería "bien preparaos".  Sevillanas clásicas, chistes y mucho humor hacen que el camino se nos haga muy cortito...  A ver si para un próximo año os cuento como es el de vuelta, el domingo por la noche, más recogido y más ceremonial.

Llegada de la Virgen de los Remedios a su ermita

Una vez que la Virgen llega a su ermita, hace su entrada en el templo tras su Simpecado, en medio del fervor popular, y se instala en el altar hasta el domingo por la tarde, en que se subastan todas las flores que se le regalaron en ofrenda, se elige al Mayordomo del año siguiente y, finalmente, se la vuelve a trasladar hacia el pueblo.

Las dos vestidas a conjunto para la Romería de Aljaraque

Antes pasé por alto hablaros de los vestidos que llevamos Judit y yo, que como véis (es evidente...) son iguales y conjuntados.  Es una costumbre que conservo con mi hija desde pequeñita, pero que creo que voy a tener que ir desechando ya porque va creciendo y ya tiene sus gustos y su personalidad propia, cosas de la edad...  Lo que tampoco os he dicho es que, aunque la idea o el diseño es mío, la confección es de mi madre y maestra, María Villalobos Villalobos, el auténtico origen y "cuna" de Cá la Fina, con quien aparecemos en esta otra imagen, un año más a los pies de la Virgen de los Remedios, después de haber compartido el camino juntas.

Tres generaciones de artesanas de una misma familia

Es la foto que más me gusta compartir cada año, la de las tres generaciones de la familia juntas: abuela, madre e hija, tres eslabones de una cadena que seguro que se seguirá dedicando a la costura y a las manualidades, porque la nueva generación ya "apunta maneras".

Y así, orgullosa de mi madre y de mi hija, y satisfecha por haber cumplido con este mes de devoción y de peregrinaciones, me despido de vosotr@s hasta el domingo, en que os enseñaré algunas de las prendas de esta romería con más detalle.  Un millón de besos, y miles de gracias por acompañarme.  Chao!!

24/5/15

Mi camino a la aldea del Rocío...

La camiseta, el pañuelo y las medallas para el camino

Hola, Finuc@s!

El otro día, a la vuelta del camino al Rocío,  comentaba en Facebook "he faltado sólo dos días y parece que han sido dos meses!".  Y es completamente cierto.  Todo un año (que pasa volando) esperando para que lleguen las fechas de la romería,  haciendo preparativos, planificando, organizando todo para desconectar esos dos días de camino, en los que parece que se para el tiempo, que el mundo no avanza, aunque sí lo hace, claro está...  Y cuando vuelves a tu vida cotidiana, parece que ha pasado muuucho tiempo, y que todas esas vivencias quedan ya lejos...

Por eso me gustaría volver la vista atrás y recordar con vosotr@s algunos de esos momentos que quedan ya grabados en la memoria como recuerdos del camino al Rocío 2015...

Mi camino, nuestro camino


Inicio del camino al Rocío

Esta es la tercera vez que hago a pie el camino que separa Huelva de la aldea almonteña, 60 kilómetros andando en buena compañía, porque no lo hago sola, lo hago acompañada de un buen grupo de amigos que va creciendo cada año, y entre los que están también mis hijos, Guillermo y Judit, y mi marido, Lolo, y por supuesto, bajo el amparo de la Real Hermandad de Emigrantes de Ntra.Sra. del Rocío de Huelva, la hermandad rociera a la que pertenezco.


Mi grupo de peregrinos antes de salir

Aquí nos tenéis, frescos como rosas (qué poquito íbamos a durar así), de derecha a izquierda, Pablo González Barajas, Guillermo García López, Sonia Barajas, Javi Martínez Barajas (su hermano Pablo se nos unió más tarde, estaba terminando un examen!), Lolo García Alfonso (agachado), Pepe González, Nuria Barajas, David González Barajas, una servidora y Judit García López.   Lo que no se nos puede negar es que la media de edad es muy joven, a ver si así se nos pega algo a los más mayores...  Y es que es un grupo muy familiar, formado por padres e hijos.

El Simpecado de Emigrantes por las calles de Huelva

Este es uno de los muchos momentos en los que el Simpecado de Emigrantes recibe "petaladas"  (lluvias de pétalos de flores) a lo largo de su recorrido por las calles de Huelva, antes de salir de la capital e iniciar su auténtico recorrido hacia el Rocío.

Momentos del camino

Ya metidos en camino, y después de 17 kilómetros de carretera, nos adentramos en el campo para empezar a caminar por pistas forestales, y a ratos nos vamos adelantando a la hermandad para disfrutar de la paz del paraje natural, sobre todo cuando, con el cansancio, nos cuesta más seguir el ritmo de la carreta del Simpecado.  Es otra forma de vivir el camino, más personal e íntima.

La llegada de la Hermandad de Emigrantes a Gato

El segundo día es el que esperamos con más ilusión y con más ganas.  Ya hemos dejado atrás los 30 primeros kilómetros, la acampada nocturna en Tres Rayas (llena de vivencias también, pero más divertidas, con más momentos de humor y de fiesta que otra cosa), y otros 20 kilómetros hasta llegar al paraje de Gato, la puerta al espacio natural protegido de La Rocina, dentro del Parque Nacional de Doñana.  Allí paramos para comer junto a las Hermandades de Gibraleón y Punta Umbría, y comenzamos el último tramo, el más bonito por sus paisajes y el más emotivo por la cercanía a la aldea...

Ya estamos llegando...


Sentados esperando a la Hermandad de Emigrantes en el Charco

Como os podéis figurar, y sino, ya lo estáis viendo, las caras de los peregrinos de a pie no son las mismas de cuando salimos.  Más de 50 kilómetros en los pies  necesitan de un descanso y del fresquito del Arroyo de la Cañada, donde se encuentra el Charco, lugar en el que tradicionalmente se detienen las hermandades de Huelva antes de emprender el último tramo hasta el Rocío.  Hasta allí nos adelantamos otra vez para ver llegar a la carreta del Simpecado, en medio de un halo de luz casi mágico...

La llegada de Emigrantes a el Charco

En este lugar, además de "bautizarse" como rocieros a los peregrinos que hacen por primera vez el camino, se hace una parada para dar gracias por haber llevado el camino a buen término (queda muy poquito para llegar) y por estar un año más allí, se cantan las últimas sevillanas, cargadas de poesía y emoción y se reza la salve...  No hace falta ser muy religioso para sentir cómo se te eriza el vello y desear que el tiempo se detenga y ese momento mágico sea eterno.

Emigrantes reza en el Charco

Yo siempre digo, desde mi ignorancia y mi humilde opinión, que momentos como éste van más allá de las creencias religiosas de cada uno, y como ya os dije antes, que no hace falta ser muy religios@ para que en momentos como éste tu corazón se llene de emoción, las lágrimas cubran tus ojos y quieras abrazar instintivamente a esas personas que no conoces de nada, pero que las has visto durante todo el camino tragar polvo, pasar calor, desfallecer empujando a su carreta.  El esfuerzo es tanto, la voluntad es tan grande, el sentimiento es tan hondo...  que si no se vive en primera persona, no se puede explicar...

La emoción en las caras de los peregrinos

No sé si se entiende lo que os intento contar, pero yo todavía me sigo emocionando al verlo en imágenes.  No puedo decir más.

La llegada de la carreta de Emigrantes a el Rocío

Ya de noche, con la candelería de la carreta encendida, y después de atravesar en la oscuridad la nube de polvo que van levantando los caballos por las arenas, que impide ver el camino que vamos pisando, llegamos a la aldea del Rocío, frente a la fachada de la ermita.  Es el último momento de emoción y de despedida entre los peregrinos que han acompañado a su Simpecado de Emigrantes hasta terminar el recorrido, un momento en el que el cansancio, las lágrimas y la satisfacción se mezclan a partes iguales.

Mi grupo de peregrinos a la llegada al santuario

Aunque parezca mentira, estas son las mismas caras que empezaron el camino el día anterior: más sucias, más cansadas, pero más felices también.  No tendrán el glamour de cualquier "postal" de la romería de el Rocío, pero tienen mucho de autenticidad...  Aprovecho para darle las gracias a Nuria y a Pepe, que amablemente, me han cedido alguna de sus fotos para que os las enseñe.  Lo siento, pero yo no puedo caminar, llorar, emocionarme y hacer fotos al mismo tiempo...  así que me vienen muy bien estos colaboradores!

El primer camino que hemos hecho juntos

Para mí, personalmente, ha sido un camino muy especial, el primero que consigo hacer con mi familia al completo, porque en los dos anteriores siempre me faltó alguno de ellos a mi lado.  Aunque me veáis hecha un "asquito", en esos momentos era la mujer más feliz y orgullosa del mundo junto a ellos, y siempre me sentiré afortunada por eso.

La entrada de hoy ha sido uno de esos posts "diferentes" que me gusta escribir de vez en cuando, en esta ocasión para dejar constancia, en este cuaderno de bitácora que es mi blog, de momentos importantes de mi vida, que disfruto y quiero compartir, y que, indudablemente, dejan huella también luego en mis diseños y mis prendas...  Por cierto, aquí la camiseta está de pena la pobre, pero ya os la enseñaré recién terminada, que es cuando estaba más presentable!

Ahora toca guardar la ropa, el pañuelo y las medallas hasta el próximo año, hasta un nuevo camino con el que empezamos a soñar desde ya.  Hoy más que nunca quiero daros las gracias por compartir estos momentos conmigo y mandaros millones de besos.  Nos leemos el miércoles.  Chao!


5/4/15

"Mamá, necesito un costal!"




Hola, Finuc@s!

En un visto y no visto se nos ha pasado volando la Semana Santa, ¿verdad?  Espero que os haya dado tiempo a descansar un poquito, salir, ver alguna procesión si es que habéis tenido oportunidad...  Yo he hecho algo de todo eso, y aunque os dije que me tomaría unos días de descanso "costuril", voy a despedir esta semana de vacaciones y festividad religiosa con una labor que me tocó hacer deprisa y corriendo.  Sí, sí, en una tarde y en menos de dos horas, y lo curioso es que salí más o menos airosa, como casi siempre que trabajo bajo "presión", yo no sé por qué será...  Fue la confección de un costal.




A l@s que no estéis muy al tanto de toda la "liturgia" que rodea a las procesiones de Semana Santa (y nunca mejor dicho lo de liturgia) os sonará poco o nada lo de costal, como me pasó a mí al principio.  Como mucho habréis oído aquello de ser "harina de otro costal"...  Pues, efectivamente, en realidad es eso: un saco, o la tela de un saco que usan las personas que sacan en procesión un paso de Semana Santa, y que, por ello,  se llaman costaleros.  Se lo colocan enrollado sobre la cabeza para que el peso de las trabajaderas o vigas que sostienen el paso, y que recae sobre las cervicales,  no les haga daño.




No sé si os pasado alguna vez, pero basta que te hablen de algo para que de repente empieces a verlo por todas partes, cuando antes ni te fijabas.  Es lo que me ha pasado estos días viendo las procesiones en Huelva capital, en las que, de pronto, además de contemplar las imágenes,  las bandas de música y a los nazarenos o penitentes, empecé a reparar en el detalle de los costaleros y sus costales, cuando antes nunca me había fijado mucho, la verdad.  Pero creo que me estoy desviando un poco del tema...




El caso es que mi amiga Mari Carmen, la "Sánchez", como nosotros la llamamos cariñosamente, acudió en mi ayuda para que le ayudase a coser un costal para su hijo Hugo, que quería salir en una procesión infantil en Aljaraque, el pueblo en el que residimos las dos.  "Mamá, necesito un costal!"  Y  Mari Carmen, que tenía más o menos la idea, le faltaban los medios para hacerlo (es decir, la máquina de coser), así que acudió a mí para que la sacase del apuro.  Tengo que confesar que, cuando me habló de un costal, primero pensé en una túnica de penitente o un fajín o algo así, hasta que me metí en internet, investigué y vi de qué se trataba:  simplemente teníamos que recortar una pieza de tela de sábana de algodón de 1 m de largo por 70 cm de ancho (más los dobladillos) y la misma pieza de tela panamá (la que se usa para bordar a punto de cruz) para coserla encima y darle consistencia al costal.  Mari Carmen prefirió la tela panamá, que es más suave y menos almidonada, en lugar de la arpillera o tela de saco que se usa habitualmente para estas prendas, porque resulta un poco más basta para un costal de niño.




Pues nada, con estos materiales, el niño y muchas ganas de charlar de nuestras cosas, se presentó una tarde en mi casa y en poco más de dos horas corté, hilvané y le cosí el costal.  Hasta le bordé el nombre para personalizarlo, y si hubiera tenido más tiempo, otros motivos le hubiera bordado también, pero ya os digo que esto fue una labor "exprés"!  Por eso os pido que me perdonéis si las fotos no son muy buenas, porque se hicieron deprisa y corriendo con el móvil y sin luz natural... 

 También me hubiera gustado enseñaros el proceso (aunque es muy sencillo), pero con las prisas no dio tiempo a nada de nada.  Por si no sabéis qué es,  la almohadilla que veis en la foto es lo que llaman la "morcilla", sobre la que va enrollado el costal y que se coloca en la nuca.  Hasta eso nos dio tiempo a hacer.  No le faltó "ni un perejil" al chiquillo!  Y más contento que nadie se fue aquella tarde listo para salir en la procesión infantil del pueblo, que, como yo le comentaba a la madre, parecía de juguete, todo en tamaño mini: los costaleros, las mujeres de mantilla y, por supuesto, el paso del Cristo...




Ya me parecía a mí raro que me fuese a "escapar" esta Semana Santa sin enseñaros algo de costura o algo de procesiones, y mira por dónde, he conseguido juntar las dos cosas, y de esta manera despedir esta semana de devoción religiosa.  De hecho, estoy escribiendo el post viendo la "madrugá" en televisión, mientras desfilan los "armaos" de la Esperanza Macarena en Sevilla, una tradición familiar de todos los años, pero aquí pondré el punto final con otros momentos de la Semana Santa de Huelva, que este año hemos podido disfrutar con unas temperaturas casi veraniegas en la calle, una gozada!

Y una vez terminada la penitencia... vuelvo el miércoles de nuevo con todos los colores y todas las novedades que traerá esta primavera, así que no se os olvide nuestra cita.  Os mando millones de besos y de gracias por estar ahí, incluso en vacaciones...  Chao!


15/6/14

A hombros de su pueblo...


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¡Ole, ole, ole!

Ay, no, perdón, que era ¡hola, hola, hola!  Es que ya os dije que estos días ando que no me pierdo una, y cuando digo ando, lo digo literalmente, porque otra vez me he ido a hacer un camino romero, esta vez el de la romería del pueblo en el que vivo, Aljaraque, en honor de su patrona,  la Virgen de los Remedios.  Mirad qué Virgen más bonita...


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Yo reconozco que, como cada localidad tiene la suya, a todo el mundo le parece que su patrona es la más bonita, pero es que la patrona de Aljaraque lo es de verdad, es una imagen preciosa que visten de pastora cuando llega su romería y trasladan al campo durante un fin de semana para festejarle y rendirle culto.

Y a una, que soy yo,  que le hace falta bien poco para que le hablen de fiesta y salga ya corriendo, pues aquí me tenéis un año más haciendo el camino en muy buena compañía y con un avituallamiento que...¡ni en la vuelta ciclista!

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Aquí estamos un buen grupo de amigos, entre compañeras de trabajo y maridos (la Mari, la Fina, el  Lolo, la Feli y el Juan) provistos de ponche, rebujito, "tortillapapa" y chacinas, dispuestos a no caer rendidos a medio camino ¡ni por hambre ni por sed!   Porque todo no es devoción, también hay ratitos para un cante, un baile o un chistecillo, ¡que todo no va ser en esta vida sufrir y trabajar!


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En posts anteriores os he hablado alguna vez de mi madre, María,  la auténtica artífice de que yo hoy tenga como hobby la costura y las manualidades, una profesora de corte y confección y modista durante muchísimos años, además de mujer "apañá" donde las haya,  de la que he aprendido y sigo aprendiendo lo poquito que sé del difícil arte de coser...  Pues hoy os la presento: aquí la tenéis a mi derecha, y a mi izquierda, a mi amiga Mari Carmen, la "culpable" de que yo me haya "enganchado" también a la romería de Aljaraque, aunque a ella "tampoco le gusta nada una fiesta...no, no, para nada..."


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Esta foto me encanta, porque en ella se unen tres generaciones de mujeres de mi familia: mi madre, que a sus 70 años (perdón, mamá, se me escapó...) ha hecho su primer camino y ya dice que va a repetir el año que viene (algo tendrá...), mi hija Judit, que "se apunta a un bombardeo" como su madre, y esa madre que soy yo, que hay que ver lo que me gusta un volante de lunares y una flor en el pelo. 

 Por cierto, mi hija y yo vamos vestidas con diseño de blusa y falda corta confeccionadas por mi madre, como no podía ser de otra manera, que además ya ha anunciado que el año que viene se viste de flamenca ella también, ¡ole, ole y ole!


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Pues aquí tenéis a la Virgen de los Remedios entrando en su ermita, donde va a estar alojada hasta este domingo por la noche, cuando emprenda el camino de regreso a su iglesia parroquial.  Y en medio de esa multitud están las clientas de Aljaraque que este año me encargaron sus camisetas para lucir en la romería, entre ellas ésta última que os enseño hoy: e trata de una camiseta de manga corta de la talla S con un motivo de taconcitos flamencos en popelín rojo y lunar blanco para combinar con una falda de volantes de la misma tela.


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Como decía aquél presentador de noticias, "así son las cosas y así se las hemos contado".  Con este reportaje campero cierro el capítulo de las romerías por este año, aunque no el de las camisetas y los complementos flamencos porque todavía queda algo más que enseñar por ahí...  pero lo vamos a dejar para un próximo post.  De momento recojo todos los bártulos (flores, pendientes, collares, medallas y trajes) y los guardo hasta el año que viene, porque siempre nos quedan la intención y las ganas de volver.

Y ganas de volver a veros por aquí, por el blog, no me faltan tampoco, así que os invito a pasaros por él otra vez esta semana, que sino os voy a echar muuuucho de menos!!!  Os mando montones de besos y os doy miles de gracias por estar ahí, 


8/6/14

El camino al Rocío 2014 con la Real Hermandad de Emigrantes de Huelva.

romería-rocío
Hola, Finuc@s!

Sí, sí, ya sé que no ha pasado tanto tiempo, lo normal de cada semana, pero a mí me ha parecido eterno!! Y es que he vivido unos días tan intensos que no veía llegar el momento de volver a contactar con tod@s vosotr@s y contaros cómo han ido las cosas... porque mira que hay que contar...

Ya os dije en el anterior post que esta vez dedicaría esta entrada a explicaros un poco cómo han sido mis vivencias en el camino del Rocío de este año, un camino que he vuelto a recorrer junto a la Hermandad de Emigrantes, una hermandad rociera por la que siento especial simpatía y cariño desde hace muchos años por sus orígenes y su historia.  Se trata también de una institución en Huelva que, aunque va creciendo año tras año, no deja de tener un ambiente muy familiar y muy acogedor, y resulta especialmente emotivo recorrer el camino hacia la aldea del Rocío junto a ellos.

Muchas veces había ido a despedirles desde la plaza del Ayuntamiento de Huelva, sintiendo la emoción de saber cuántas dificultades les quedaban por superar antes de llegar a su destino y sin embargo, verles caminar impacientes por reunirse con la Señora, la Virgen del Rocío, en su ermita. Hasta que decidí que yo no me quedaba más en la plaza, me marchaba con ellos! Y aunque el año pasado ya hice el camino por primera vez, esta vez tenía el presentimiento de que sería diferente.

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Para empezar, nuestro grupo de peregrinos ha crecido, y este año teníamos nuevas incorporaciones de buenos amigos que también han querido vivir esta experiencia única.  Para mí lo más especial ha sido vivirlo junto a mis dos hijos: el mayor ya lo hizo el año pasado, pero para la pequeña era la primera vez...

Hoy no os voy a hablar de proyectos de costura, pero...ya os habréis quedado con el detalle de las camisetas, no?  Efectivamente, ahí están mis nuevas flamencas, diseñadas especialmente para este Rocío, y de las que ya os cuento más cosas la próxima vez.

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Aquí tenéis a estas dos romeras, mi hija y yo, haciendo una paradita en el camino para descansar y contemplar el paisaje, que es una de las cosas más bonitas que tiene el camino, a través de parajes naturales, adentrándose poco a poco en Doñana.

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Pero para cosa bonita, ver a los peregrinos caminar tras la carreta del Simpecado, desviviéndose porque llegue a la aldea sin demora ni problemas, y al mismo tiempo deseando que esos instantes sean eternos, que duren para siempre...

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Momento más mágico que éste no lo hay, os lo puedo asegurar: es el momento en el que la carreta del Simpecado llega al paraje conocido como "la Charca", un pequeño riachuelo por el que atraviesan las hermandades que vienen por este camino de Huelva, y en el que todas se detienen para cantarle, rezarle y vivir instantes de inmensa emoción...

Yo no lo puedo negar, no me puedo esconder: soy de lágrima fácil.  Bueno, no, soy llorona!  Pero este año me costó tanto, tanto llegar a este punto del camino (casi la salud), a las puertas ya del final, que cuando lo pisé, brotaban lágrimas de mis ojos a cántaros, no exagero, liberé toda la tensión que llevaba acumulada y, lo que es más importante, vi cumplido mi deseo de ser bautizada como peregrina.


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Mi madrina, Antonia, una peregrina con muchos caminos a sus espaldas y en su corazón, me "amenazó" con ponerme "la Llorona" si no me calmaba y disfrutaba de ese momento, pero como a la vista estaba que todo era emoción, finalmente me puso "Alegría del Camino", mientras vertía el agua de la Charca sobre mi cabeza, a Dios gracias, porque lo de la "Llorona" no lo veía yo...como para ir presumiendo por ahí, no?

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Después de ese momento mágico de recogimiento y de fervor rociero, no sabes por qué, ni cómo, ni de dónde surge una fuerza interior que lleva a los peregrinos en volandas por las arenas, y con ellos, su carreta, la de su hermandad, la de su Simpecado, la "Concha Peregrina", y en medio de una nube de polvo que no deja ni ver por dónde van, llegan al Rocío.

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Y llegando al Rocío, el último paso está en llegar y cumplir con la visita al Santuario, con las caritas desencajadas por el cansancio, llenas de churretes, pero con la satisfacción de haber cumplido una promesa con mucho esfuerzo e incluso, mucho dolor a veces.

Pues ya he cumplido yo también con lo prometido, que era contaros cómo había transcurrido este camino que con tanta ilusión hemos estado preparando durante todo un año.  Y podréis pensar "a la vista de cómo han llegado...una y no más..."  ¡Pues no!  Ya estamos pensando en cómo vamos a organizarnos para el año que viene, porque el grupo aumenta, las ganas aún más, y estamos deseando volver a vivir la experiencia una vez más.  De momento quedan en nuestra retina miles de imágenes que son ya recuerdos que no podremos, ni queremos, borrar nunca...

romería-rocío


Y a tod@s vosotr@s sólo me queda deciros que en el próximo post os enseño con detalle las camisetas que lucimos Nuria, Sonia, Judit y yo, e incluso estoy pensando en hacer un DIY y enseñaros el proceso que siguen las flamencas para irse transformando poco a poco.  Ya hablamos de ello más adelante, ¿os parece?  Voy a mandaros, como siempre, montones y montones de besos, y miles de gracias otra vez por acompañarme y estar ahí.


21/5/14

Blogueando me encontré...

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¡Hola! ¡Buenos días!

Hoy me asomo al blog para escribiros este post express y compartir con vosotr@s un hallazgo que he hecho y que me ha enamorado...  Se trata del blog de una onubense, Maite, dedicado a crear un vestuario de lo más variopinto y original para las Nancy.  Para las que sois de mi quinta...(ejem), la Nancy representa el mayor referente, el mejor recuerdo que tenemos de nuestra infancia, porque fue una muñeca que marcó una época y que hoy en día es objeto de culto para muchos aficionados a los juguetes y a la moda, ya que han llegado a convertirla en musa de los mejores diseñadores.  Es por eso que hay numerosas referencias en internet y muchísimos blogs dedicados a ella, pero hoy os recomiendo éste, "Disfrutando el presente", y ahora vais a ver por qué.
Hace un año, por estas fechas, en vísperas de iniciar mi primer camino al Rocío con la Hermandad de Emigrantes de Huelva, y estando inmersa en todos los preparativos y con los nervios a flor de piel, tropecé con esta foto que me enterneció y que compartí con otros peregrinos en el facebook de la Hermandad...

muñecas-flamencas


Fueron muchos los "facebookeros" que compartieron a su vez esta imagen y que se sintieron, como yo, enternecidos por el espíritu tan rociero que tienen estas Nancys y sus Barriguitas, y a los que se les escapó una sonrisa al contemplarla, porque es que "no le falta un perejil!".  Pues bien, hoy, un año más tarde, y estando de nuevo inmersa en esa vorágine que significa prepararte para un nuevo camino, me pongo a buscar otra imagen simpática con la que ir ilustrando mi devenir...y me tropiezo con esto!

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¡No me digáis que no es para morirse!  ¡Es que tienen todo el arte del mundo!  Yo, que desde pequeña siempre me han vuelto loca los vestidos de las muñecas y ya con 9 o 10 años les cosía algunos (ni punto comparación con esto, claro está) y que un vestido de volantes me pierde, es que me pierdeeee, me quedé boquiabierta mirando las Nancys de Maite...
Ya no es sólo la gracia que tienen los vestidos, hechos por ella, sino el gusto exquisito que tiene para hacer las fotos, que es que parece que te vas a encontrar a las muñecas haciendo el camino de verdad!

muñecas-flamencas


Así que no he podido resistirme y, siendo como soy una enamorada de estas muñecas y sintiendo también una enorme devoción por el Rocío, me ha faltado tiempo para enseñaros este magnífico trabajo que, repito, pertenece a una artesana onubense, Maite, de la que no conozco más datos, pero a la que me encantaría tratar en persona para aplaudir el arte que tiene para la costura y el buen gusto para la fotografía.  

Pues nada, os dejo disfrutando de estas imágenes y os cito otra vez para mañana, que tendré nuevo post, esta vez con el gran estreno de El taller de Cá la Fina...ta-chán!: mi flamenca Soleá.  Me voy tras las Nancys, que ya han montado a los churumbeles en el carro...


muñecas-flamencas


Ole, ole y ole, y el que no diga ole....

Un beso a tod@s y hasta mañana,




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